El Colegio y las Excursiones

El termino excursión no es el más adecuado para definir lo que sucedía cuando el colegio programaba una visita a algún lugar de escaso interés como la fábrica de chocolate de turno o el museo del papel ubicado en un sitio que no sale en los GPS.

La noche anterior te preparabas la mochila, metías todo aquello imprescindible para "sobrevivir" a la excursión. Tema entretenimiento: el video juego ese Nintendo ® que consistia en un tio que se tiraba por la ventana de un edificio en llamas y que dos bomberos con reuma hacían rebotar dirección a la ambulancia.Tambien podías llevar esa especie de mini recreativa con el juego Frog o el Pacman y que todos los niños del autobús te pedían a cambio de dejarte sus mierdas electrónicas. No me olvido del que decidía llevar un teclado electrónico Casio PT80 y se pasaba el viaje dando por culo. Y no podía faltar un Walkman con los casetes del MAX MIX de turno, el último de Eros Ramazzotti, dinamita pa los pollos, un pingüino en mi ascensor y los hombres G.

Tema comida: Mi abuela me solía colocar una bolsa de barritas de pan de trigo de la marca Ortíz junto a una cantimplora llena de fanta de naranja, ni que decir tiene que tal combinación se la iba a comer cualquiera menos yo, en el primer bar de carretera en el cual paraba el autobús me compraba unos Bollicaos y una lata de Coca Cola.

Cuando llegaban los autobuses a la puerta del colegio lo primero que miraban los compañeros era si el vehículo tenía televisor, si tenía televisor se formaban colas con sus respectivas hostias para subir a ese y no acabar en el autobús sin "cine".

Los malotes y sus amigos se sentaban al fondo, desde allí disparaban toda clase de artefactos contra las cabezas de la gente. Los pelotas del profesor iban delante en primera fila, en ese palco con barandilla que forman los dos primeros asientos junto a la escalera de acceso. Yo me ponía por el medio junto al tonto de turno al que nadie aceptaba y al cual le ofrecía las barritas Ortíz a ver si con un poco de suerte alguna terminaba en sus pulmones.